¿Cómo conectar con tus hijos antes de que crezcan?
Luisa DuqueShare
¿Te ha pasado que sientes que los días con tus hijos se van volando? Un día están aprendiendo a leer, y al siguiente ya te están pidiendo privacidad en su cuarto. La infancia es una de las etapas más mágicas y también más fugaces de la vida. Y aunque a veces estemos atrapados entre el trabajo, las rutinas y las mil responsabilidades, hay algo que no podemos olvidar: los vínculos más fuertes se construyen en estos primeros años.
El poder (y la brevedad) de la infancia
Entre los 5 y los 12 años, el cerebro de los niños está en pleno desarrollo. Es una etapa en la que se forman las bases de su autoestima, su seguridad emocional y su visión del mundo. Lo que viven hoy, lo que sienten, cómo los escuchamos o los acompañamos... deja huellas que los acompañarán para siempre.
Y sin embargo, es muy fácil dejar que esos momentos pasen sin darnos cuenta. Vivimos proyectados al futuro: “cuando crezca”, “cuando aprenda”, “cuando tenga más tiempo”. Pero ese futuro llega más rápido de lo que creemos.
Claves para aprovechar esta etapa mágica y fortalecer los vínculos
No se trata de hacer grandes cosas ni de estar disponibles 24/7. Se trata de estar presentes de verdad. Aquí van algunas formas sencillas de lograrlo:
Juega con ellos (de verdad): El juego es su lenguaje. Participar en sus juegos, sin imponer reglas ni corregir, les hace sentir vistos y validados.
Crea pequeños rituales diarios: Puede ser leer un cuento, preparar juntos el desayuno o inventar una canción camino al cole. Los rituales crean memorias y seguridad.
Apaga el móvil, enciende tu atención: Unos minutos al día de atención plena valen más que horas a medias. Míralos a los ojos, escúchalos sin interrumpir.
Valida sus emociones: En vez de decir “no pasa nada”, prueba con “veo que estás triste, ¿quieres hablar de eso?”. Sentirse comprendidos fortalece el vínculo.
Participa en sus aprendizajes: No sólo preguntar por las notas. Pregunta qué le gustó, qué le dio curiosidad. Explora juntos nuevos temas.
Demuestra tu amor, todos los días: Un "te quiero" inesperado, un abrazo al salir del cole o una nota en la lonchera hacen maravillas.
Lo que hoy siembras, mañana florece
Estar presentes hoy es una inversión emocional para toda la vida. Los niños que sienten vínculos sólidos con sus padres tienden a ser más seguros, empáticos, resilientes y felices.
Así que hoy, aunque tengas mil cosas en la cabeza, busca ese pequeño instante de conexión. Tal vez sea una conversación antes de dormir, un dibujo que haces con ellos, o simplemente sentarte a su lado sin prisa. Porque esos momentos, aunque parezcan pequeños, son los que dejan huella.
La infancia no espera. Vive el presente con tus hijos, y estarás construyendo un futuro lleno de amor y conexión.